
Jorge:
Hemos acordado que te escriba a nombre de todos los de la Ciudad Abierta una carta arquitectónica.
Y naturalmente, he tomado este formato de carpeta, que para tratar las cosas de arquitectura, van a ser ya veinticinco años que recurrimos a la reunión de textos y croquis.
Naturalmente también esta carta es, antes que nada, el modo de discurrir una obra, en cuya realización tu acción es decisiva.
Esta obra se inserta en ese conjunto que llamamos Ciudad Abierta, que desde hace mas de diez años intentamos formular y mas de seis de edificar. Por eso en esta carta me extiendo sobre el sentido de ella.
Y aún naturalmente también, esta carta es escrita en la premura de plazos en que se dan las mas de las veces –por no decir siempre- las ocasiones propicias.

Espero que en este par de días que hemos podido disponer para escribirte, logremos comunicarte lo más importante de nuestro modo de discurrir. De manera que en tu viaje, puedas ver cuales son los caminos, entidades y personas, modos de hacer presentaciones, materiales y documentos que se han de enviar. Es fin, todo cuanto permita o ayude a que se levante el proyecto que esta Ciudad Abierta ha concebido y que a lo largo de estas páginas quisiera exponerte.
En ello –de nuevo- naturalmente hablo del fundamento, que es –por cierto- lo más íntimo nuestro. Tal modo de hablar –estoy seguro- deja en una auténtica libertad para que todos -tú en este caso- puedas definir cuánto y cómo participar en todo este caso. Creo que la mayor prueba de afecto a la par que de estimación, es la de empeñarse en otorgar esa libertad. Ojalá lo logremos.
Pero no me despido aquí, sino al final del cuadernillo.

Bueno me parece comenzar por traer:
Estatutos
Cooperativa de Servicios Profesionales
Amereida Ltda.
Título 1
Artículo 2
La cooperativa tendrá como objeto:
1º La organización de una comunidad solidaria de vida y de trabajo fundada en la igualdad intrínseca de la actividad intelectual y manual; la ausencia del lucros, pluralismo en la concepción social: el rechazo del poder como dominio de unos respecto de otros, la hospitalidad, el rechazo a la violencia agresiva, el estudio, la creación y la paz.
La cooperativa se propone, construir un ámbito físico, en el área litoral de la Provincia de Valparaíso, en donde la unidad comunitaria de vida, trabajo y estudio, concebida en la libertas, sea posible.
Se trata de una cooperativa –corroboro- que tiene una manera de ser especial.
Por eso agrego artículos 7 y 37.
Como todos quieren que se haga la Ciudad Abierta, aún los que se van de la cooperativa (por las más variadas causas) quiere que ella sea una realidad, las donaciones de los que permanecen y los no retiro de los fondos de los que se van, es también toda una realidad.
Y, por cierto, los que recién entran no tienen que igualar los aportes que han acumulado los primeros fundadores.
Diario Oficial de la República de Chile
Santiago, lunes 30 de marzo de 1970
Autoriza la existencia y aprueba los Estatutos de la Cooperativa de Servicios Profesionales “Amereida Ltda.” De Viña del Mar.
Santiago, 19 de marzo de 1970
TÍTULO 2
ARTÍCULO 7
Los socios tienen absoluta igualdad de derechos y obligaciones en cuanto a administración de la Cooperativa, pero no en cuanto al ejercicio de la profesión u oficio en que se mantendrán las naturales relaciones entre maestro y discípulo. Las autoridades de la cooperativa no pueden, en caso alguno, pretender un trato preferencial de ningún tipo.
TITULO 5
ARTÍCULO 37
Los Consejeros durarán un año en sus funciones y no podrán ser reelegidos en las mismas calidades por el período inmediatamente siguiente.
TITULO 10
ARTÍCULO 49
De los excedentes y Remanentes:
La distribución puede hacerse por decisión de los socios como sigue:
Destinándolos a la expansión de las operaciones de la Cooperativa;
TITULO 3
ARTÍCULO 22
Las donaciones o legados que se hagan a la Cooperativa pasarán a incrementar el Fondo de Capitalización.

Hace aproximadamente un año (cito un escrito del año 1971, por cierto de uso entre nosotros solamente) pedimos al ágora la facultad de abrir poéticamente los terrenos a fin de poder por ello manifestar el fundamento arquitectónico de la Ciudad Abierta.
Para tal apertura nos había sido dada una fecha, indicada, aunque sin ese propósito, por nuestros amigos de Francia. Ellos nos invitaron a situar el día 20 de marzo de 1970, fecha que conmemora el centenario de la muerte (en realidad es el nacimiento) de Federico Hölderlin. Nosotros recogimos la invitación instituyendo ese día como momento de la apertura de los terrenos.
(nosotros, entre los que entramos y se van, somos casi siempre 50 o 60, con hijos 100 a 120)

(vengo citando el mismo artículo)
Notas- ¿qué es abrir los terrenos? ¿por qué hay que abrir la tierra para habitarla?
“solo se consuela la tierra, solo se logra suelo cuidando el abismo, solo es suelo lo que guarda el abismo, lo que da cabida a la irrupción y proporción al trance”
¿cómo se cuida el abismo?
“la amenaza de lo oculto se da a la luz del canto”
¿y es posible eso para nosotros americanos? ¿no heredamos esta capacidad de desconocido o mar que nos ahueca para admiración?
[AMEREIDA]

Seccional “Parque Costero, Cultural y de Recreación”
Comuna de Quintero Punta de Piedra
Ratificado por Decreto Nº 814
Publicado en el Diario Oficial
Del 14 de enero de 1972
El plan intercomunal de Valparaíso propone que la franja AB sea destinada a esparcimiento.
Por eso nuestro seccional fue aprobado. Ahora mirando el desenvolvimiento del Gran Valparaíso, bueno es que precisamente en esta zona hagan programas como el nuestro.

Los terrenos, la extensión dentro de Valparaíso-Quintero junto a la orilla misma, con mayor cantidad de arena.
De este acto poético ellas, las arenas, comparecen propias. No son firmes, están a merced del viento, no son tierra, no son mar y por lo tanto ya nunca playas. Reciben las huellas hundiéndose con ellas y borrándolas después. Recogen la luz con una homogeneidad indivisa y multiplicada en infinitos matices a la vez, siempre cambiantes en al inmovilidad. Así las arenas en pura disponibilidad, en fianza ilimitada para recibir cuerpos, elementos, casi rechazando todo lo que le impida ser eso mismo -tal vez por eso se las dice estériles- abriendo la vigilia con su genuina intemperie y reclamando desde sí mismas la orientación.

A. El seccional aprobado concibe a los terrenos como una extensión que no se lotea. Nadie –entonces- se va a vivir allá a su propia casa con su propio terreno.
Nosotros no pensamos que se vivirá en casas, sino en “hospederías”. En el sentido que allí, en ellas, habita alguien que recibe huéspedes. Para lo cual el ha (de) ser –podría decirse huésped de si mismo.
Pero avanzando el tiempo, comprendimos que había de oponerse hospedería y casa. Pues casa dice de lo completo de un lugar que requiere la mujer, la familia. Por eso decidimos que la hospedería es una casa. Y nos cambiamos de hospederías.
Pero para entender esto hay que pasar a la página siguiente y ver que se dice del ágora.
B. Los terrenos están atravesados por:
1. El camino Con-con Quintero
2. La línea de ferrocarril de San Pedro (Quillota) a Quintero (Ventanas). Hay un proyecto de construir una autopista al lado contiguo a la línea del tren. El seccional maestro lo contempla.
– Está la playa que es de uso público. Hemos venido solicitando y obteniendo de la playa.
3. Está así mismo, el Estero Mantagua que –como se sabe- el lecho mismo es de propiedad del Estado.
La Ciudad Abierta no lo es, en el sentido de no querer tener límites, demarcaciones o cierros. Y ello, precisamente en virtud de la hospitalidad. Esta pide que se llegue a un lugar constituido. Allí se es recibido. Vale decir se es oído. Oír, quiere decir –dejar de hacer lo que se está haciendo para prestarle atención a la persona del huésped. Naturalmente no todo es un huésped. Lo es aquel que sabe declarar quien es.
Ahora bien, hasta la fecha ni el camino ni el estero ni la playa ni el tren han sido elementos que vengan a turbar esa unidad de lo señalado en A

También nos fue dicho poéticamente que la ciudad sólo puede comenzar por el ágora que es su fundamento y su cuidado. No comenzar la ciudad por el ágora es sencillamente no hacer ciudad. Es hacer agrupaciones de centros de parlamentos, de casas de gobiernos, de iglesias, de plazas, recreaciones, funciones, trabajos, viviendas, etc., todas ligadas con mayor o menor inteligencia, con mayor o menor fulgor respecto de un propósito, es decir, de un futuro y por ello siempre nostálgicas. Tales agrupaciones de lo cerca no traen consigo lo junto, es decir, el estado consentido que las hace realmente públicas. Carecen de aquello que hace estar donde se sitúa, carecen del estado que no es mero establecimiento.

Hace ya unos dos años, se pensó que un sacerdote podría dedicarse –en este lugar (entre nosotros) al estudio de la teología, a la vez que desarrollara una labor pastoral.
De la interpretación que damos a esta labor sacerdotal, se deducen dos elementos de programa:
- una pequeña residencia y lugar para el sacerdote y
- una capilla.
Pensamos solicitar ayuda para levantar la capilla y que la residencia del sacerdote podríamos construirla nosotros mismos del mismo modo como edificamos las otras obras.
Bueno; hasta la fecha, esta capilla no se ha podido levantar.
A continuación muestro el sentido de su forma para después señalarte lo que la marcha de la ciudad abierta nos ha deparado desde que se concibió este proyecto, y que como verás, tiene una gran incidencia en esta obra que presenta esta carpeta.

La capilla se levanta en una amplia meseta con pendiente suave y al borde de una quebrada con flores silvestres y arbustos. Dicho punto es actualmente el cruce de senderos agrícolas.
El edificio se ubica en el interior de una depresión artificial abierta como balcón hacia la quebrada. Al entrar se desciende a un claustro interior cuadrado que, rodeando enteramente el templo, se caracteriza por la variedad de situaciones próximas, donde puede darse el recogimiento para la oración privada. Este claustro da lugar al desarrollo del sentido procesional de las fiestas litúrgicas y las protege del viento que viene del mar.
Sobre la superficie emergen las dos bóvedas de la capilla separadas por un cláustro longitudinal, el cual continúa el nivel y la pendiente del suelo natural.
Este suelo es el reflejo que ofrece la contemplación lo ilimitado del cielo nocturno en la meseta.

La capilla que se ha proyectado responde a dos propósitos:
Por una parte, dar cabida al acto de orar en su manifestación litúrgica (la misa diaria y dominical, las funciones del año litúrgico) creando un espacio interior fundado en la proximidad de los fieles al celebrante, fundado en el sentido procesional de las festividades litúrgicas y, principalmente, cualificando en sus dimensiones y en su luz tras el intento de crear un ámbito propio de la oración.
Por otra parte, el proyecto pretende que el lugar de la capilla se convierta también en un lugar a donde se puede ir y estar, aunque la capilla esté cerrada y no se estén desarrollando funciones.

Vale decir, un lugar exterior real, que se sostiene y desarrolla a la sombra del templo, participando del ámbito sagrado al cual puede ir y penetrar cualquiera en cualquier momento, y que admite un orden de actividad religiosa que no se guía por la forma litúrgica, sino por el libre juego interior de la oración, la meditación y la contemplación.

Cita:
Durante el mes de noviembre de 1969, Henri Tronquoy, y … nos reunimos varias veces a fin de afrontar y adivinar mas que comprender el reclamo que siempre permanece en Amereida –su aventura y su texto. Desde ese reclamo se pidió la fundación de la Ciudad Abierta en América.
Tronquoy murió en un accidente aéreo en el Caribe. Su cuerpo no pudo ser encontrado. Por eso, la primera ágora que edificamos fue el cenotafio –o tumba de cuerpo ausente- de Henri Tronquoy.
(1)
Pero el tiempo nos ha traído la muerte de hijos de los nuestros.
¿Cómo nuestra hospitalidad -esa hospitalidad que de se habla en el artículo 2 de los estatutos- (1ª página de este escrito) no va a enterrar sus cuerpos en esta tierra?
Que hospitalidad esta, la de darla a los nuestros.
¿no representan para nosotros lo otro? No significa así un máximo de hospitalidad.
En principio, es posible pensar en un cementerio de carácter privado.
Nos reunimos para ubicarlo y saber sde su sentido.
He aquí lo que dijeron algunos
(la X no signirica voz ingórnita, sino que aquí no interesan los nombres)
X
Ir a… el cementerio
Ir
Distancia de ese ir
Arriba en el vértice del terreno
X
En un camino que se recorre
En un recorrido habitual ahí
X
Un lugar donde
Ir
Pasar
A la vez
En una quebrada subiendo
Hacia arriba
X
Cobijado
Dentro de una quebrada
Pero en que la necesidad del cementerio
Lleve a que él tenga altura
Una altura tal que para el que pasa diga de una altura
Y que para esta propia ciudad diga de sus muertos.
X
Lo retirado
No solo en lo alejado
Sino en lo inmediato, en lo directo
X
Lo retirado no en la lejanía:
Lo que tiene
Una quebrada
X
El bosque de los pinos es el ombligo de los terrenos
Situado en ese eje que llega de lso montículos
De la playa frente a la isla
La quebrada es un centro.
Ir a un centro
Pero no un centro volcado a la altura
Sino un centro volcado a la tierra
Inhumación
Volcado en lo alto del
terreno

1. Agora de Los Pinos
2. Proyecto de 25 hospederías a fin de que pudiéramos ir a vivir allá. No ha sido posible hasta el momento.
3. Quebrada del cementerio.
La tierra marcada es un don. Es el don de la arena. Si los terrenos estuvieran por entero marcados, el don luciría cual más. La tierra se marca con más de un eje. Varios ejes traen lo imaginable. Un eje permanece en lo inimaginable. La quebrada del cementerio es vista como un eje. ¿qué hacer? Se comienza a marcar el cementerio. Él nace abajo y termina arriba. La quebrada naturalmente nace arriba y termina abajo. Se da una inversión entre la quebrada y el cementerio. Esta inversión es precisamente la que resulta imaginable. ¿qué hacer?
Se comienza a trabajar en dos grupos que se distancian entre sí. Así pueden operar separadamente. Un grupo levanta postes. El otro extiende calzadas. Ambos intentan configurar tramos.
Los postes intentan configurar el ancho del cementerio, lo que puede ser un ancho en esta quebrada. Las calzadas intentan configurar el largo del cementerio. Lo que puedan ser los tramos que configuren la quebrada en cementerio.
Pero porque procedemos así -paso a paso- es que nos vigilamos para mantener a la vista lo dicho en la aventura de los terrenos.
Cita:
La Ciudad Abierta no puede pensarse ni trazarse en y con la visión de América, según el norte-sur convenido en la actualidad. Ella ha de pensarse y trazarse en la América que trae consigo su propio norte, tal como lo reveló Amereida.

Cuando se realizaban los trabajos que se dicen en la pág. anterior, para estudiar nos reunimos en el fondo de la hondonada “A”.
Luego, ya no se discurrió solo acerca del cementerio sino también de otros asuntos de la Ciudad Abierta.
Cuando se acercó el aniversario de un fallecimiento, se pensó habilitar este lugar para celebrar allí una misa de campaña. Pero poco después, un niño que nació podía ser bautizado en ese lugar. Otro que se casaba.
Comenzamos a invitar a los campesinos de los alrededores, como los que teníamos mayores contactos, a que vinieran a las misas que, al caer la tarde, pueden celebrarse cada quince días.
Este cementerio, que aún no tiene sus muertos, tiene entonces ya su capilla al aire libre.
En el siglo pasado, hubo mucha disputa en este país, a propósito de los cementerios. Estaban los cementerios “confesionales” que eran muchos. Parroquiales. Estaban los cementerios “no confesionales” -uno por ciudad- para todos los hijos de este territorio o de los extranjeros que hubieran hecho de él su patria.
Este cementerio de la Ciudad Abierta es para quienes -como pueden comprender- reposan en una poética confesión, si pudiera decirse. Sin embargo, esas relaciones con lo religioso, mas arriba dichas, nos han configurado, de modo que en este lugar oímos la palabra divina.
En dicho sentido, este sitio ha adquirido un matiz especial.

Ahora queremos exponerte lo que pensamos que se puede realizar en esta quebrada donde se puso la primera piedra de la capilla (del proyecto antes expuesto) y donde hemos conformado esa capilla a aire libre.
Pero antes, es necesario aún referirse a otros aspectos:
Nosotros, hasta la fecha, no hemos solicitado ayuda o establecido convenios con otras entidades. Pues hemos pensado que tenemos que comenzar con lo que logremos reunir con nuestras propias fuerzas.
Ahora bien, es cierto que para levantar la capilla

pedimos ayuda, por lo menos en cuanto a empeñarse en establecer unos primeros contactos.
Pero los años transcurridos –como ves- nos llevan a que hoy planteemos las cosas de la siguiente manera:
Si nosotros construimos con nuestras propias fuerzas y por otra parte no somos una entidad confesional, que para ingresar hubiera que hacer una profesión de fe, pero no por ello no queremos dejar de levantar la capilla: pero a su vez no podemos obligar a trabajar con sus propias manos a nadie y sobre todo dándole preferencia sobre las otras obras. De donde se infiere que de hacerse la capilla, será algo ¿?. Esta es la verdad del asunto. Puede haber entidades o personas que toquen estos casos.
A ellos les diremos que no se trata –según nosotros- de un problema de financiamiento, de falta de caja, sino que –en última instancia- de emprender algo juntos. Algo espiritual esta vez.
Así mismo, también el tiempo nos ha venido a advertir que los sacerdotes, sean del obispado u otras órdenes, vienen, van, los cambian, conforme a la marcha de los asuntos pastorales. Así ha acaecido con los sacerdotes que han venido. Creemos que no hay que pensar con esa casa del sacerdote que estipulábamos antes sino que se podría pensar en otro programa.
Podría pensarse que la capilla se insertara o perteneciera a una suerte de parque. Este parque sería una casa de retiro. Una casa de retiro no en torno a un claustro, sino al aire libre. Podemos pensar la arquitectura de este parque. De hecho, ya tenemos su concreto fundamento. Podemos edificarlo con nuestras propias manos. Como construimos con nuestros propios medios, a la fuerza, sabemos ser económicos.
Retiro para las parroquias de Valparaíso. Para los jóvenes.
Retiro –como viña es un balneario para Santiago, también.
En fin, muchos son los que podrían venir y por cierto, no limitarse a ese parque, sino ir a la playa. Atravesando los terrenos o ir al estero.
A lo mejor más de un joven quisiera entrar a la Ciudad Abierta. Claro que nosotros no hacemos proselitismo.
En este parque de retiro, habrían naturalmente alojamientos y una sala de reuniones. Habría que urbanizar este parque, llevando el agua y la luz. Podría estar rodeado por una vegetación apta para las abejas, a fin de coger miel que este parque podría regalar, por ejemplo, por Pascua a los huéspedes o menesterosos.
Ahora bien, y esto es lo importante:
Construir la Ciudad Abierta, cultivar sus terrenos, etc., podemos hacerlo nosotros mismos. Pero no se entiende llevar adelante lo que pide este parque de retiro con su capilla. Ello es algo propio de sacerdotes.
Pero nosotros queremos que en los terrenos haya un lugar, donde –breve- en vez de hablarse poéticamente como en el ágora, se oiga la voz del sacerdote.
Por eso se trata de algo que ha de hacerse en común.

Dado lo que se puede decir del cementerio y su sentido y de este parque de retiro, se tiene que:
El cementerio no pertenece al parque, pero el parque –que sería como una gran escalinata frente al Pacífico, rodearía al cementerio.
Y son apartes por aquel fundamento recién dicho de la palabra.
En el cementerio, se habla con palabra de ágora, tal como en el cenotafio de Tronquoy.
Pero, dice de un retiro que puede acceder a un cementerio, seguramente ello le resulta algo propio.
Por cierto que, según lo que consideres del caso, nosotros elaboramos formas, límites, con sus carpetas arquitectónicas, constructivas y de presupuestos, como así mismo, los aspectos jurídicos y legales, los aspectos financieros, etc.
La Ciudad Abierta se da por entero en el momento actual. Evidentemente que no en su forma completa. Este distingo nos permite operar en una cierta serenidad, paz. Seguiremos por cierto, avanzando en el cementerio, tratando que continúen esas misas quincenales.

Nosotros pusimos las primeras piedras de las hospederías en los lugares que mayormente entregarían la presencia de la Ciudad Abierta en los terrenos. Así, esta planta de uno de los pisos- ella es una suerte de torre, sobre la cual escribo- está ubicada al comienzo de la quebrada. La cuida. La primera piedra se puso antes que las muertes vinieran a pedir de un cementerio.
Ahora, ella puede venir de puente, para unir al parque del retiro y dejar pasar por debajo al acceso al cementerio.
Podría construirse ahora, incluirla en esta posibilidad que estamos viendo contigo.

Jorge:
Me despido. Quizá el entusiasmo me haga argumentar a favor de lo nuestro. Pero mi intención ha sido mostrarte en lo que estamos, y cómo ello se abre a hacer cosas en que otros participen.
Por cierto que todo lo que es poético nos resulta tan superior a lo que puede uno y su mano –esta misma mano ahora escribiéndote- que el mayor coraje es resistir los días.
Hasta un próximo día.
Alberto
15-III-76