
Fabio Cruz durante la toma de la casa central de la Universidad Católica de Valparaíso.
(Foto Archivo Histórico José Vial Armstrong)
La Universidad en los años precedentes
En el año 1964 es nombrado en la Universidad Católica de Valparaiso el primer rector laico que fue Arturo Zavala Rojas. Los jesuitas habían estado a cargo de la universidad desde el año 51 con el padre González y luego con el padre Hernán Larraín. La entrega de la universidad a los laicos fue un gran paso dentro de las universidades católicas, ya que se consideraba una idea muy progresista. Por su parte, Arturo Zavala era un hombre de iglesia, que había pertenecido a la acción católica, por lo cual ofrecía a la Iglesia las garantías necesarias para asumir este cargo. La universidad católica de Santiago seguía siendo dirigida por sacerdotes.
Con la llegada de Arturo Zavala, se puso de relieve el intento de dar una orientación a la universidad. Esta orientación se basaba en lo que se dominaba el “humanismo cristiano”, una corriente que se había originado en Francia y que estaba ligada, en alguna medida, a la Democracia Cristiana. El humanismo cristiano en sí, no era una corriente política, pero sí, una orientación.
Arturo Zavala nombró a las personas que le ayudaron entre los cuales estaba Wenceslao Barra tenía un puesto importante en la universidad (vicerrector) y era el que llevaba un poco la bandera en el humanismo cristiano. Había también sacerdotes y se respiraban aires de orientación global de la universidad, así como hoy día ocurre con las universidades privadas que imprimen orientaciones distintas a su orientación académica.
Durante la rectoría de Zavala, la Universidad tuvo también cambios importantes en su estructura administrativa. Estos cambios eran muy necesarios porque la universidad había crecido mucho, producto entre otras cosas, de la misma administración de los Jesuitas. Es así como se estructuraron los cargos, la administración, la contabilidad y todo el aparataje administrativo.
Primeras Discrepancias
En el año 67, los acontecimientos relacionados con el humanismo cristiano no incidían mucho en la escuela, pero a través de los alumnos llegaban noticias de que todo el mundo debiera entrar un poco en este camino. Era algo opuesto a que cada escuela pensara lo que quería e hiciera lo que quería, aunque ella fuera académicamente correcta.
Dado que la escuela tenía planteamientos un poco más genéricos y artísticos, se comenzó a producir un distanciamiento mutuo. Por un lado, la escuela veía las orientaciones de la universidad como una amenaza y crecía la sospecha de que querían enrielarla en otra visión distinta a la que tenía. A su vez, para la Universidad y el Humanismo Cristiano, la escuela no era ni muy apropiada, ni muy buena, ni muy dócil.
Las mismas reformas administrativas, habían alejado a la escuela de la rectoría y la administración central. En tiempos del padre González, la Universidad era mucho más familiar. Todo era como una gran parroquia donde todos se conocían y aunque la administración y la contabilidad se manejaban entre las mismas cuatro paredes que en la rectoría de Zavala, existía una cierta confinza en su manejo.
Todo esto ocurría a un nivel que no era ni público ni violento, sin embargo fue como in creciendo en ese sentido, pero siempre en forma externa.
Pro otro lado, se presumía que la escuela estaba siendo perjudicada en
Esto se juntó, en el año 67 con otro tipo de problemas. Habían algunos problemas económicos, se pensó que a la escuela a lo mejor se la estaría perjudicando, (digo “se estaría” porque yo tampoco lo percibí) a veces se pagaba un poco atrasado o se daban las platas del instituto con un poco más de reticencia. Esta era una percepción…
Para la Escuela, la universidad del año 67 tenía otro rostro.
Y eso fue lo que hizo reventar el asunto: esta estructura de la universidad, esta orientación que se suponía que tenía que tener y esta eventual presión o molestia que habría llegado a términos incluso económicos. Todo este conjunto de cosas de esta universidad…. Al principio casi los lemas iniciales eran que “lo administrativo no se podía poner sobre lo académico” esta era la primera bandera de lucha: “Lo orienteativo y administrativo se está sobreponiendo sobre lo propiamente académico”.
Esto se juntó, en el año 67 con otro tipo de problemas. Habían algunos problemas económicos, se pensó que a la escuela a lo mejor se la estaría perjudicando, (digo “se estaría” porque yo tampoco lo percibí) a veces se pagaba un poco atrasado o se daban las platas del instituto con un poco más de reticencia. Esta era una percepción…
De ahí fue creciendo esta idea, de que habían desacuerdos entre esta orientación y la nuestra y estas eventuales situaciones económicas que podrían ser una forma de presión (esta es una interpretación). Finalmente, a raíz de unos pagos que se atrasaron, provocaron como quién dice “ esta situación ya no da pa’ más, tenemos que hacer algo porque la rectoría se está metiendo mucho en el asunto…” porque a su turno la universidad se organizó mucho, todo el mundo de la rectoría que antes, en tiempo de los jesuitas y en particular en el tiempo del padre González era mucho más familiar, todo era una gran parroquia que todos nos conocíamos, pero la universidad había crecido y se ordenó más, los superiores, el secretario general, los cargos, la contabilidad estuvo muy…. Antes, la contabilidad era una contabilidad doméstica.
Todas estas cosas eran muy necesarias por lo demás porque la universidad crecía; los mismos jesuitas la habían hecho crecer mucho. Entonces la universidad tenía como otro rostro, había otra lejanía y había un rector más distante que nosotros. Todo esto se fue juntando y creando la idea de que la parte rectoril, administrativa y burocrática comenzó también como a pesar. Todo esto para sensibilidades más sensibles que yo que podían percibirlo. Y eso fue lo que hizo reventar el asunto: esta estructura de la universidad, esta orientación que se suponía que tenía que tener y esta eventual presión o molestia que habría llegado a términos incluso económicos.
Todo este conjunto de cosas de esta universidad…. Al principio casi los lemas iniciales eran que “lo administrativo no se podía poner sobre lo académico” esta era la primera bandera de lucha: “Lo orienteativo y administrativo se está sobreponiendo sobre lo propiamente académico”.
Eso fue lo fundamental del primerísimo momento del asunto. Ahí en ese momento surge el manifiesto como queriendo dar otra abertura a la universidad. En el fondo todo lo que se decía era una realidad pero la interpretación de cuando se iba a cumplir y como se iba a desarrollar, dependía de la sensibilidad de cada uno, dado que se interpretaba en mayor o menor magnitud.
El Manifiesto
Se hace este manifiesto y se lee en una sala de la escuela y, por alguna razón toman conocimiento de esto la gente de la escuela de negocios que era una escuela que estaba en el edificio mismo de la católica y constituía una escuela. No sé por qué razón se les convidó a ellos a la lectura del manifiesto , pero lo que yo sé es que cuando se leyó estaban estos profesores. Ellos estuvieron dispuestos a apoyarnos. Este manifiesto conllevaba en su interior el que, a partir de ese momento nos declarábamos en rebeldía. Todo era muy político porque todas las autoridades se declaraban caducas menos el obispo. Al igual que en Santiago, el obispo era intocable. En este caso coincidía además que el obispo Emilio Tagle Covarrubias era primo de Alberto.
Los profesores de la escuela de negocios dijeron ese día “nos adherimos plenamente al asunto. Ese mismo día, a continuación, se leyó el manifiesto a todos los alumnos. Los alumnos manifestaron su adhesión y quedó lanzado el asunto.
La politización
De ahí comienzan 50 días que son de penuria y de toda clase de dificultades. Los políticos inmediatamente paran la oreja en este asunto porque son tiempos absolutamente politizados. Estaban los movimientos, las federaciones de estudiantes y todo el mundo atento, los paros de distintos gremios, los mineros, etc. Entonces, la federación de estudiantes toma la bandera también y se apropian en alguna medida y apoyan el asunto. La federación de estudiantes, como toda federación, era política, en este caso demócrata cristiana. Entonces se mete y entra a debatirse este asunto en el juego político por una parte. Entra la federación que quiere quedarse con el movimiento, ser dueña del movimiento. Y comienzan las ideas… pidámosle el apoyo a los mineros del norte y del carbón del sur, todos este tipo de mentalidad de estos movimientos y de los paros y las tomas. Eso, por la vía de la federación. Y era un lío tratar con ellos.
La gente de la Escuela de Negocios, los profesores, salvo Oscar Godoy y creo que otro más, desaparecen también, ya que la orientación de esta escuela nunca fue democratacristiana sino más bien de derecha. Comienza un mundo político teñido de democracia cristiana o de izquierda cristiana (no sé si existía en ese momento), teñido de ese mundo con un aire de izquierda y de rebelión ante estas formas arcaicas de las universidades católicas, metiendo en ese saco todo lo que tu quieras y con su manejo político normal de ellos, que funcionan haciendo reuniones, los comandos, que se juntan aquí y van a preguntarle al pueblo y nunca puedes tomar ninguna decisión porque todo está sujeto a terceros. Todo esto forma parte del juego político. En este sentido, el movimiento fue un catalizador, un químico que hizo desencadenar una reacción.
Los Adherentes
La mayoría de las escuelas adhirió a nuestros postulados presentados en la declaración; algunas no, que fueron las excepciones, como las ingenierías que eran muy grandes y poderosas, por lo demás, ni derecho. Me parece que esas fueron las que no estuvieron con nosotros. Habían también otras más chicas, pero las otras, las filosofías, todo ese mundo, adhirieron .
Por el mundo de los profesores, había un instituto (aunque no era instituto en ese tiempo) de ciencias sociales, que era un reducto fundamentalmente democratacristiano, pero de gente bien estudiosa. Ahí estaba Foxley, Fernando Molina (que encabezaba este instituto) y una serie de personajes que posteriormente fueron protagónicos en la política de los años posteriores. Eran personas estudiosas, habilosas y que estaban muy en la cresta de la ola, muy enterados de lo que pasaba en el mundo. Ellos nos apoyaron a muerte. Con ellos comenzó un proceso de la reforma misma donde comenzó a pulirse lo que estaba en el manifiesto dicho en forma más genérica y de palabra, a convertirse en una estructura ordenada de cómo podría ser la universidad.
Las Consecuencias
En lo fundamental, fundamentalísimo, que es una cosa que dura hasta el día de hoy y que es fruto de la reforma, más allá de que se le critique contra ella y se diga lo que se diga, fue que ya no más la universidad la formarían solamente escuelas profesionales. Hay que darle lugar a las ciencias. Eso es lo básico: no solo profesiones sino que la ciencia tiene también que tener un lugar. Y de ahí surge una estructura de la universidad dividida básicamente en dos mundo (no opuesto sino paralelo): el mundo de las escuelas profesionales que incluso, podríamos decir, concluían en los títulos profesionales, y junto con ella los institutos, que son aquellos lugares donde se ejercía y estudiaba la ciencia propiamente tal: filosofía, lenguas, etc.
Antes las ciencias vivían metidas en las facultades, ponte tú que se llamaban de educación, en que estaban todos los tipos de profesores distintos, en la enseñanza del profesorado, dentro de esa escuela de pedagogía se asilaban de alguna manera y en algunos rinconcitos, estudios de ciencia más puros, menos profesionales. No tenían hueco propio, por lo cual la reforma trajo un cambio radical en este aspecto. La universidad no es más solamente las carreras profesionales sino, al igual que ellas, la otra mitad de la universidad, le da cabida a las ciencias. Las carreras profesionales concluyen sus estudios en los títulos profesionales y los institutos de ciencias concluyen en las licenciaturas, que después dan cabida a los magister y a los doctorados, es decir, los grados académicos.
En el resto de las universidades ocurría también lo mismo que en la católica antes de la reforma, vale decir, las ciencias vivían también asiladas dentro de las carreras profesionales. En medicina, si habían estudiosos de biología, estaban dentro de la misma carrera, pero no tenían ciudadanía propia.
Después, en la forma de gobierno, que hubiera una elección de rector, que hubiera una cosa que se llamaba el senado académico que consistía en un grupo de personas elegidas dentro de los profesores. Fue una especie de democratización, en el sentido que no fue una cosa monárquica, vertical, sino que los profesores elegían a sus representantes y estos se desempeñaban en determinados lugares dentro de ellas. Por ejemplo, todo el mundo se imponía de cómo funcionaba la universidad. La parte económica era secreta. Yo no sabía cuando ganaba el profesor del lado no el de otra escuela. Podrían haber habido diferencias muy grandes entre distintas carreras y no se habría sabido. Esta nueva forma trajo esta nueva forma: un estatuto del personal académico y ahí se fijaban todas las pautas, todas las normas de cómo se accedía a ser profesor, qué categorías habían, como se ascendía, como se pasaba de una categoría a otra, como las remuneraciones tenían una proporcionalidad a contraer, toda una estructura y cualquier profesor tenía derecho a pedir a la contabilidad de la universidad lo que le pareciera y tendría que ser respondido o sino podía ir al senado académico por su representante. Todo eso vino conjuntamente con la reforma.
El desarrollo de los acontecimientos
Mientras tanto seguían las escaramuzas políticas. Hubo 50 días de escaramuzas políticas, por lo menos, por un lado los centros de alumnos y por otro los profesores. Muchos alumnos nos apoyaban en forma libre y otros estaban en los centros de alumnos que estaban politizados completamente y que obedecían a órdenes de partidos. Entonces como ellos querían tener una bandera de lucha , les importaba poco la reforma académica propiamente tal como académica. Lo que les interesaba como todas estas cosas en ese tiempo, era el poder político y si se podía tener más poder político de esa manera, felices de tenerlo.
Todo esto corría en dos vía semi paralelas. Hubo un período donde hubo clases magistrales, ahí vino Jorge Precht, amigo de Alberto Vial, hubo ciertas clases y venían profesores que daban charlas, nos reuníamos en el salón de honor, en el gimnasio y había todo un aire de la revolución francesa en sus primeros momentos.
El rector en ese momento estaba en Europa. Coincidió que se produjeron todas estas inquietudes y que se atrasaron los pagos, etc. Todo eso seguía a otro nivel con conversaciones con el obispo, conversaciones con el rector, que el rector renunciaba, no renunciaba,
Pasó una cosa trágica: el rector estaba allá y todos los vicerectores adhirieron a esto, cosa rarísima y era un enredo entre el obispo que mantenía al rector y estos otros… pero si tú te retiras un poco de la revoltura queda todo lo que yo te digo, lo que se va decantando, todos estos trajines políticos, el desagrado, la universidad tomada. Por ejemplo, los alumnos de la Escuela de Negocios tenia durante la toma, toda la administración de la comida y toda las cosas y toda la parte económica que estaba implícita… como abastecían a los que estaban en Barón, toda la logística.
La Toma de la Universidad
La federación se tomó la universidad, la Escuela de Negocios organizaba la logística y la escuela paralelamente, por su parte, tenía tomada la escuela y teníamos nuestra propia organización independiente y funcionábamos separados de los otros, aunque íbamos a Barón, se colocaban letreros por afuera, “Que renuncie Zavala”, unas cosas espantosas. Los primeros que fueron destituidos fueron los primeros mártires, una cosa muy violenta. Eso fueron los primeros dos meses y después vino todo un período de negociaciones de cómo Arturo Zavala iba a salir y cuándo iba a salir.
Después de todo se acordó un plan de acción con el obispado que implicaba la futura salida de Zavala que quedaba todavía un año, los nombramientos de otras personas, etc. Tuto Baeza fue el gran artífice directo y práctico que tuvo relación con el obispado. Participó en muchísimas reuniones actividades.
Cuando se tomó la universidad, toda la administración de la universidad se fue al obispado y el consejo superior con la parte disidente se reunían allá, con lo cual el obispado se convirtió como en símbolo de la universidad, en una sucursal de la universidad y en virtud de esto fue tomada. Fue una guerra total con desfiles en las calles con discursos de Ernesto Rodríguez, hablando frente a una cuadra completa de alumnos en la avenida Pedro Montt, toda una cosa épica donde había de todo.
Pero lo rescatable, después de todo lo desagradable del asunto, fue que la universidad salió con otro rostro en lo que sería la estructura de poder, con un rector elegido, con un senado académico, como un poco imitando lo que son las estructuras y estatutos de un país. En ese sentido, la transparencia que se podía tener, se conocían las finanzas, se sabían quienes la determinaban, no era entre cuatro puertas. Cuando estaba el Padre González todo era como en familia. Alguien diría, cuando era patronal, funcionaba como patronal, pero como los tiempos habían cambiado… Había una confianza y un trato de una determinada manera que se fue perdiendo y cambiando porque la universidad creció, porque los tiempos cambiaron y de todo ese período intermedio surgió esta otra cosa que es la universidad tal cual como la tenemos hoy día con matices distintos. Después se disolvió el senado académico, hoy día es el consejo superior, un poco a la usanza antigua, con representantes de las facultades … El senado se suprimió en la época del golpe. Cuando vino toda esa cosa se volvió y quedó con algunas reminiscencias antiguas pero no en que los instituto son institutos… todo eso quedó intacto. Se cambió la estructura de poder académica. Hace unos diez años atrás se aprobó un estatuto académico que dejó esta estructura que actualmente existe. Se le agregó el capítulo académico que es otro organismo más, que tienen otro papel y la estructura general se mantiene más o menos intacta a como fue. Más allá de que se haya pensado algunas cosas un poco idealmente y que después se hayan hecho los ajustes técnicos. Las carreras profesionales son equivalentes en presencia a los institutos de ciencias y las ciencias tienen su lugar.
En un principio, en el mismo manifiesto se planteó la ausencia de lo político.
Una vez realizada la reforma, dentro del juego nuevo establecido, con rectores establecidos, con capítulos académicos, con todo eso, venían las elecciones y de creó dentro de la escuela un movimiento que se llamaba el 15 de junio que se suponía que era el más puro representante de la verdadera reforma, no político porque otros la politizaban. Se produjeron los choques normales…
El Movimiento 15 de Junio
La candidatura de Alberto Vial se produjo porque … pero todo esto se produjo en el juego posterior comienzan los juegos de política contingente que se mezclan y se meten . En ese caso la candidatura de Alberto Vial representaba una universidad en que la política contingente no tenía una parte decisiva en su interioridad. Como decir, los representantes de los centros de alumnos no se representaban por el partido. Esto era una cosa ridícula que pasaba en la universidad, que los que se presentan, se presentan no por razones académicas sino por partidos políticos. Sería como al revés, como que en el mundo de la política hubiera n candidato representado por un partido que se llamara la filosofía, por ejemplo. No correspondería.
Lo no político se mantuvo. Cambió cuando vino el golpe, desapareció el senado académico, la universidad estuvo intervenida durante 17 años, entonces cambió una parte de ella porque todo estuvo suspendido, pero cuando se retomó el ritmo, se retomó con algunos cambios que eran ajustados con esta constitución nueva que tiene la universidad.
Consecuencias en otras Universidades
Lo que pasó en año 68 en Santiago fue una hija media bastarda de esto, una cosa muy instrumentalizada y muy política. Yo no conozco mucho. De hecho en Santiago siguen existiendo igual que acá las escuelas y los institutos. En ese aspecto, el asunto también entró en Santiago pero por una vía política mucho mayor.
Ahí creo que trabajó mucho la gente, este instituto de ciencias sociales. Yo no se cuando salía de esa parte. Me imagino que tiene que ser traído en parte de otros lugares, de Europa, por ejemplo.
Los Acuerdos Finales
Los 50 días terminaron con un acuerdo de cómo el rector se iba a retirar. El rector siguió por un año más, ya no me acuerdo, y después de eso se hicieron elecciones, o sea, las soluciones normales que son políticas de la iglesia: que tú no podías echar al rector que tú nombraste por la ventana, entonces hay que tener una forma conciliatoria de … Terminó así, en el fondo, se aceptó la reforma, pero definiendo estos términos, estos pasos temporales.