Fuentes
La Escuela ha ido constituyendo su pensamiento a partir de proyectos u obras realizadas. La generación de estas obras se ha plasmado en escritos que han ido dando cuenta de las ideas matrices en torno a las cuales se concibe la obra.
La Capilla del Fundo Los Pajaritos funda este modo de actuar. Fue, en efecto, el primer proyecto realizado por la Escuela, en la persona de Alberto Cruz. La capilla se origina con la petición de la familia Cruz Vial, para conmemorar a una de las hijas que murió prematuramente.
El escrito se constituye como “fundamento” de la obra. Nace aquí el primer concepto: que las obras tienen un fundamento, el cual indica el “por qué” de la forma arquitectónica.
El fundamento de la capilla se basa en una observación:
Suavísima, delicadísima, luminosa penumbra surgió. Una luz que hacía mirar al espacio, sólo al espacio. Ningún muro, ninguna pared (el living era un living normal: lleno de complicaciones, se entiende).
La luz, me dije. La luz es la arena para estar junto al mar de nuestro orar.
La observación de Alberto se formula mediante una metáfora. “la luz es la arena para estar junto al mar de nuestro orar”.
Esta forma de nombrar la cualidad del espacio utilizando el lenguaje poético.
Fundamentos de la Escuela de Arquitectura 1971
Exposición de los 20 años
Sobre el pensamiento:
Se ha construido sobre las obras y sus fundamentos
Se funda en la relación poesía-arquitectura
Temas que tocan directamente el pensamiento
La condición poética del hombre
La observación arquitectónica
El acto
Volúmenes bajo la luz
Lo viejo y lo nuevo
Cualquier material
El dibujo (croquis) como forma de estudio
La Forma versus Las Formas: Capilla Pajaritos
El destino: Achupallas, Avenida del Mar
La arquitectura no es para hacerle la vida más fácil a nadie
Proyectos fundamentales
Capilla Pajaritos: Sobre La Forma y Las Formas bajo la luz
Casa Jean Mermoz: Sobre la libertad de formas
Achupallas: Sobre el destino de Valparaíso
Iglesias del Sur: Sobre la coexistencia de lo viejo y lo nuevo
Ciudad Abierta: Plenitud arquitectónica con cualquier material
Ciudad Abierta:
Ciudad Abierta: La obra en ronda
Cubícula: La complejidad de lo mínimo
¿Tiene la Escuela de Arquitectura un pensamiento?
Un pensamiento es un conjunto de ideas que rigen, en este caso, el quehacer de los arquitectos y diseñadores. Sobre estas ideas ellos conciben y construyen sus obras.
En la arquitectura y el diseño, esto es particularmente importante porque de no existir, no hay escuela, en otras palabras, no hay elementos ni métodos sistemáticos y coherentes que se les pueda transmitir a los alumnos para que ellos aprendan a concebir sus obras.
Algunos años después de haber pasado por la Escuela, hice un MBA en una prestigiosa universidad chilena. Si bien este postgrado me entregó muchos conocimientos útiles, me di cuenta de que no existía entre los profesores una línea común. Todos ellos tenían postgrados en prestigiosas universidades norteamericanas y traían bajo el brazo el último libro del gurú de turno para replicarlo en sus clases.
Eché de menos la Escuela. Ahí se generaban pensamientos sobre los diferentes temas que abordaban los talleres y todos los profesores impartían sus clases bajo una especie de teoría común. Todos actuaban al unísono y este unísono era la construcción de ideas.
Para mi, la generación de ideas era una prerrogativa de los genios, es decir, una pequeña elite de personas que nacían con ese don, dentro de la cual evidentemente yo no estaba incluido. Esa visión cambió en un taller que hice en Ritoque, no precisamente por aflorar la genialidad, sino por vivir una experiencia que tiene que ver con la generación de ideas.
Alberto partía el taller con un solo requerimiento: “Para este taller hay que tener una carpeta”. La carpeta era la herramienta fundamental del estudio. En ella se escribía todo.
Las numerosas jornadas que pasábamos en Ritoque se hacían para mi largas y tediosas. Cada uno de nosotros tenía asignado un trabajo como los pavimentos del palacio, las coronaciones de los muros, los fuelles entre los muros, etc. Un pequeño detalle de una obra que parecía no merecer un trimestre de permanencia, de reflexiones y escritos.
Si el palacio hubiese sido una obra encargada a una constructora, los detalles se habrían resuelto muy rápido. Este no era el caso. El trabajo no era construir la obra; la obra era la materia del estudio y como tal, era irrelevante terminarla. No debía ser terminada nunca. Esto choca con nuestro sentido práctico y pensamos que la actividad en torno a ella era inútil.
Diariamente y muchas veces al aire libre, nos juntábamos. Algunas veces Alberto hablaba. En otras, hablábamos nosotros, cada uno sobre nuestro trabajo.
En mi caso, la
¿Como se enseña a pensar?
El pensamiento tendría que ser algo que se transmita y con él, los nuevos arquitectos puedan seguir concibiendo sus obras. No como copias sino como un sistema mediante el cual ellas se conciban.
Si decimos que la arquitectuar, por ejemplo, debe hacerse bajo tierra, los seguidores de este pensamiento harán arquitectura bajo tierra. Se podrá cuestionar si es correcto hacer arquitectur abajo tierra, pero hacerlo es una opción.
En este sentido, el pensamiento toma decisiones respecto a lo que debe y no debe ser la arquitectura, independiente de que éste pueda ser juzgado.
En la ciencia, exisste la teoría científica
Una teoría científica es un conjunto de conceptos, incluyendo abstracciones de fenómenos observables y propiedades cuantificables, junto con reglas (leyes científicas) que expresan las relaciones entre las observaciones de dichos conceptos. Una teoría científica se construye para ajustarse a los datos empíricos disponibles sobre dichas observaciones, y se propone como un principio o conjunto de principios para explicar una clase de fenómenos. (Wikipedia)
No:
La Escuela ha ido constituyendo su pensamiento a partir de proyectos u obras realizadas. La generación de estas obras se ha plasmado en escritos que han ido dando cuenta de las ideas matrices en torno a las cuales se concibe la obra.
La Capilla del Fundo Los Pajaritos funda este modo de actuar. Fue, en efecto, el primer proyecto realizado por la Escuela, en la persona de Alberto Cruz. La capilla se origina con la petición de la familia Cruz Vial, para conmemorar a una de las hijas que murió prematuramente.
El escrito se constituye como “fundamento” de la obra. Nace aquí el primer concepto: que las obras tienen un fundamento, el cual indica el “por qué” de la forma arquitectónica.
El fundamento de la capilla se basa en una observación:
Suavísima, delicadísima, luminosa penumbra surgió. Una luz que hacía mirar al espacio, sólo al espacio. Ningún muro, ninguna pared (el living era un living normal: lleno de complicaciones, se entiende).
La luz, me dije. La luz es la arena para estar junto al mar de nuestro orar.
La observación de Alberto se formula mediante una metáfora. “la luz es la arena para estar junto al mar de nuestro orar”.
Esta forma de nombrar la cualidad del espacio utilizando el lenguaje poético.
Fundamentos de la Escuela de Arquitectura 1971
Exposición de los 20 años
Sobre el pensamiento:
Se ha construido sobre las obras y sus fundamentos
Se funda en la relación poesía-arquitectura
Temas que tocan directamente el pensamiento
La condición poética del hombre
La observación arquitectónica
El acto
Volúmenes bajo la luz
Lo viejo y lo nuevo
Cualquier material
El dibujo (croquis) como forma de estudio
La Forma versus Las Formas: Capilla Pajaritos
El destino: Achupallas, Avenida del Mar
La arquitectura no es para hacerle la vida más fácil a nadie
Proyectos fundamentales
Capilla Pajaritos: Sobre La Forma y Las Formas bajo la luz
Casa Jean Mermoz: Sobre la libertad de formas
Achupallas: Sobre el destino de Valparaíso
Iglesias del Sur: Sobre la coexistencia de lo viejo y lo nuevo
Ciudad Abierta: Plenitud arquitectónica con cualquier material
Ciudad Abierta:
Ciudad Abierta: La obra en ronda
Cubícula: La complejidad de lo mínimo
¿Tiene la Escuela de Arquitectura un pensamiento?
Un pensamiento es un conjunto de ideas que rigen, en este caso, el quehacer de los arquitectos y diseñadores. Sobre estas ideas ellos conciben y construyen sus obras.
En la arquitectura y el diseño, esto es particularmente importante porque de no existir, no hay escuela, en otras palabras, no hay elementos ni métodos sistemáticos y coherentes que se les pueda transmitir a los alumnos para que ellos aprendan a concebir sus obras.
Algunos años después de haber pasado por la Escuela, hice un MBA en una prestigiosa universidad chilena. Si bien este postgrado me entregó muchos conocimientos útiles, me di cuenta de que no existía entre los profesores una línea común. Todos ellos tenían postgrados en prestigiosas universidades norteamericanas y traían bajo el brazo el último libro del gurú de turno para replicarlo en sus clases.
Eché de menos la Escuela. Ahí se generaban pensamientos sobre los diferentes temas que abordaban los talleres y todos los profesores impartían sus clases bajo una especie de teoría común. Todos actuaban al unísono y este unísono era la construcción de ideas.
Para mi, la generación de ideas era una prerrogativa de los genios, es decir, una pequeña elite de personas que nacían con ese don, dentro de la cual evidentemente yo no estaba incluido. Esa visión cambió en un taller que hice en Ritoque, no precisamente por aflorar la genialidad, sino por vivir una experiencia que tiene que ver con la generación de ideas.
Alberto partía el taller con un solo requerimiento: “Para este taller hay que tener una carpeta”. La carpeta era la herramienta fundamental del estudio. En ella se escribía todo.
Las numerosas jornadas que pasábamos en Ritoque se hacían para mi largas y tediosas. Cada uno de nosotros tenía asignado un trabajo como los pavimentos del palacio, las coronaciones de los muros, los fuelles entre los muros, etc. Un pequeño detalle de una obra que parecía no merecer un trimestre de permanencia, de reflexiones y escritos.
Si el palacio hubiese sido una obra encargada a una constructora, los detalles se habrían resuelto muy rápido. Este no era el caso. El trabajo no era construir la obra; la obra era la materia del estudio y como tal, era irrelevante terminarla. No debía ser terminada nunca. Esto choca con nuestro sentido práctico y pensamos que la actividad en torno a ella era inútil.
Diariamente y muchas veces al aire libre, nos juntábamos. Algunas veces Alberto hablaba. En otras, hablábamos nosotros, cada uno sobre nuestro trabajo.
En mi caso, la
¿Como se enseña a pensar?
El pensamiento tendría que ser algo que se transmita y con él, los nuevos arquitectos puedan seguir concibiendo sus obras. No como copias sino como un sistema mediante el cual ellas se conciban.
Si decimos que la arquitectuar, por ejemplo, debe hacerse bajo tierra, los seguidores de este pensamiento harán arquitectura bajo tierra. Se podrá cuestionar si es correcto hacer arquitectur abajo tierra, pero hacerlo es una opción.
En este sentido, el pensamiento toma decisiones respecto a lo que debe y no debe ser la arquitectura, independiente de que éste pueda ser juzgado.
En la ciencia, exisste la teoría científica
Una teoría científica es un conjunto de conceptos, incluyendo abstracciones de fenómenos observables y propiedades cuantificables, junto con reglas (leyes científicas) que expresan las relaciones entre las observaciones de dichos conceptos. Una teoría científica se construye para ajustarse a los datos empíricos disponibles sobre dichas observaciones, y se propone como un principio o conjunto de principios para explicar una clase de fenómenos. (Wikipedia)
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