
Fase de las Iglesias
Se refiere a la llegada de las órdenes religiosas al lugar, a comienzos del siglo XVII. Ello significa la instalación del templo, preámbulo de la ciudad en aquella época y, en cierto modo, foco de vida ciudadana.
Un convento Franciscano se instala en el extremo sur de la “galería”, cuyo terreno cuadrado de 10 cuadras de extensión tapa la boca de la calle larga. En el otro extremo, se instala un pequeño convento de Jesuitas y el lugar pasa a denominarse “La Cruz”.
La llegada de ordenes religiosas tiene gran importancia. Además de la formalidad del culto y la actividad religiosa general, los Jesuitas, por ejemplo, aportan una formación intelectual, la enseñanza de oficios y normas de buena administración agrícola.
La “galería”, pues, se transforma en su estructura urbanística: ha desaparecido -probablemente desde varias décadas antes- el antiguo centro al medio, y aparecen dos centros, siendo el de los Franciscanos el más poderoso.
No se ha estudiado el desarrollo de la región en esa época, pero podría suponerse lo siguiente:
La instalación sigue siendo un “estar del trabajo” agrícola.
La época se caracteriza por una economía de subsistencia, con poca importancia del comercio.
Pero Quillota, en su vinculación con el mar, se desarrolla una artesanía de elementos náuticos y los fundos plantan cáñamo con el que se fabrican sogas. Eso se exporta al Perú.
Hay seguramente una guarnición militar destinada a apoyar a Valparaíso contra los ataques de los piratas. El mar es un elemento negativo: no es una posibilidad de salida sino de entrada, dominada por los enemigos.
Comienza a consolidarse, pues, la función de cabecera de región.
La población agrícola del valle alcanza la más alta densidad en toda el área del país que preside Santiago, lo cual es una de las principales motivaciones para la llegada de las ordenes religiosas.
Cabe suponer que -aparte de la galería- hay una marcada dispersión de propietarios. El orden del campo se refuerza con la casa de campo que asume numerosas funciones que garantizan su autonomía.
El Cerro Mayaca debe ser ya un cerro inútil.
Tanto el gobierno central como los vecinos, piensan en la conveniencia de fundar una ciudad.